Un coco bueno y de buena calidad tiene un elevado peso y al agitarlo se puede percibir el sonido de un líquido en su interior. El coco, cuando está verde y todavía no ha madurado contiene una elevada cantidad de agua o leche en su interior, cantidad que va disminuyendo a medida que el coco va madurando. Los cocos maduros tienen un color marrón y su pulpa de color blanco es comestible y rica en vitaminas.
La pulpa del coco contiene diferentes encimas como la anortina, la oxidasa o catalasa. La leche de coco, igualmente, contiene diferentes aminoácidos como la histidina, arginina, prolina y leucina. Además la pulpa del coco fresco es una de las fuentes más ricas de aceite vegetal, con un porcentaje del 60 al 65 por ciento en grasas.